lunes, 26 de octubre de 2009

Barack Obama y el gran reto de la Paz

Luis Josué Lugo Sánchez

¿Fueron sus logros, sus planes o la buena retórica de Barack Hussein Obama lo que le permitió ganar el premio nobel de la paz 2009? Logros concretos no ha tenido durante su gestión, Estados Unidos está polarizado y él aun no obtiene el reconocimiento de sus adversarios (los republicanos). Por otra parte, será difícil que los planes contra naciones de Medio Oriente y no alineadas al sistema político-económico hegemónico estén exentos de sangre. En tanto, se puede considerar que fue su buena retórica la que le otorgó el premio.

Este galardón, anteriormente había sido concedido a personas que se distinguían por su acción social, como el líder espiritual y político del Tíbet Dalai Lama (1989); la activista guatemalteca por los derechos humanos de los indígenas Rigoberta Menchú (1992) y el líder del Congreso Nacional Africano Nelson Mandela (1993).

Este año quedaron en el camino 208 candidatos, entre los que destacan, la senadora colombiana Piedad Córdoba, mediadora con las FARC y el primer ministro zimbabuense, Morgan Tsvangirai, quien consiguió arrancar al dictador de Zimbahue, Robert Mugabe tras 28 años en el poder.

Según el comité organizador, otorgaron el premio al presidente afroamericano debido a: "sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos." (…) Como presidente, Obama ha creado un nuevo clima en la política internacional. La diplomacia multilateral ha recuperado un puesto prioritario, con énfasis en el papel que pueden desempeñar la ONU y otras instituciones internacionales".

Paradójicamente, el actual presidente de los Estados Unidos, en unos meses mandará más tropas a Afganistán y ampliará las sanciones a Irán.
Además,
prevé aumentar las presiones sobre Paquistán para que ahonde las agresiones sobre los talibanes que se encuentran en su territorio.
De igual modo, tiene pendiente resolver el conflicto de Irán y sus armas nucleares, también debe afrontar los retos de Corea del Norte y negociar con Israel sobre el reconocimiento del Estado Palestino.
Ante tales sucesos surge el cuestionamiento, ¿qué buscará? ¿Soluciones pacíficas o ser un “defensor del mundo” escudado tras Naciones Unidas, que, una vez más, en nombre de la paz, resuelva el conflicto a costa de pueblos e individuos inocentes?

El presidente afroamericano se enfrenta al gran reto de la paz. Puede callar la boca de quienes se manifiestan en contra de su victoria, o por el contrario, asumir el cargo que Bush portaba tan onerosamente, donde represión, violencia y mentiras son uno mismo. ¿Fue legítimo otorgar el premio al presidente de la nación “más poderosa del mundo”? El tiempo y la historia darán la respuesta. Aunque quizá, la mayor interrogante sea: ¿El nobel, representa un instrumento de presión para las decisiones del presidente estadounidense?