miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Qué?


El corazón, voló y voló hasta encontrarse con la luna. ¿Se conocían? ¡No¡ Por primera vez se veían. La plática afloró palabras envueltas en un ambiente que dejaba contemplar el encuentro de dos seres desconcertantes. Compartieron halagos, inquietudes y temores. En el inicio de su existencia, ambos eran obscuros. Sin saber cómo o cuando, fueron iluminándose. Ella con el sol, aquél con una mujer.


Respiraban aromas selectos, degustaban sus talentos. Se deleitaban con presencia corporal. ¿De quién? De un sol en forma de mortal. De un mortal en forma de sol. Ese corazón, alimentándose frecuentemente con abrazos. Dedos entrelazados. El choque de dos cuerpos prometiéndose amor.


Pleno vuelo. Ellos, no lo notan. Él, acaricia su cara. Ella, lo mira fijamente. Todo un mundo, mundo que contempla dos almas condenadas a socavar tiempo y espacios. Estados de insaciable locura, de insaciable embelesamiento. Se apodera de ellos la catarsis, auspiciada por dos corazones amantes. “Indisolublemente indisolubles”. “Inevitablemente juntos”.


Observa aquellos labios. Se juntan y deleitan al sentido más estricto. ¿Notas el color que emanan? Llenan el aire. 1,2,3,4,5,6…. Los labios siguen sin desprenderse. Él rodea su cintura con sus manos. Cuerpo inigualable donde reposan deidades. Mujer etérea de belleza innegable.


Sus ojos denotan un sueño eterno, del cual no quieren despertar. La envidia intenta desprenderlos, sigilosa aguarda. Dividir, dividir y dividir. Su autoridad es nula ante el esplendor de sus auras, permeadas por lo paranormal.


Sus labios se desprenden. Sus bocas vuelven a ser unilaterales. Sin saber que el recuerdo es sombra infinita y eterna. ¡Bilateralidad real¡ La única verdad.

Se miran con ternura, sonríen. Sus manos vuelven a unirse. Como si quisieran protegerse de algo o alguien. ¿Pero que puede ser más fuerte que su amor? Tanto tiempo esperando este sentimiento, no puede coartarse por meros quebrantamientos mentales.


El corazón vuelve al centro, pensativo de aquella visión. Llegó mientras soñaba. ¿O será que vive entre el sueño? No sabe si es real o ideal. Del sueño no quiere despertar. Desea perpetuar su existencia frente a la luna iluminada.


Los ojos se abren. ¡Es mi corazón¡
Estoy junto a ti. ¿Sí? En efecto
Es nuestra historia. ¿Qué? Nuestra historia.
Click, click, click… Sigue soñando el corazón.
¡No lo despiertes¡ ¡Aliméntalo¡
¡Claudiquemos¡ ¿Qué?
¡Claudiquemos su idea imperfecta del querer¡
1,2,3,4… Despierta… ¡No¡ Me niego categóricamente
-¿Me quieres?- preguntó ella-
-Si, exhacervadamente –contestó el joven
.-


JLugo



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