martes, 28 de julio de 2009

Canto de lo imposible


¿Quién dijo que llueve?

¿Ahora? ¿Aquí? ¿Aseguras que el clima sufrió un cambio drástico?

Esto es árido, insípido, tan grande y a la vez tan ínfimo.

Aquí el mundo se reduce a unos cuantos y de los cuantos nace la eminencia.

Si la eminencia quiere, hoy dirás que todo es cálido.

rociarás tu alma de blanco y en tu cuello reposará la más fina fragancia

vestirás como Jesucristo en el siglo XXI reconocido.

¿Reconocido? Claro: Como un hijo del todo poderoso.

pareces y lo crees y si lo crees tú simple benevolencia lo es todo.


Amarrate los zapatos y no hagas más.

Por tu sangre la realeza salpicará hipocrecia y un claro desgarramiento.

Dicen que un día el sol saldrá por debajo.

Dicen que el viento soplará en sentido contrario.

Que las cuerdas valdrán más que la televisión.

Y mis palabras tomarán camino hacia la nada del todo.


Si fuera tú, francamente: lo dudaría

¿Cómo dudar? Dicen que ya todo está dicho.

La ilusión del “dejar hacer/dejar pasar.”

¿Todo Está escrito?

¿Qué es lo que está escrito?

¿Cuerpos que se laceran al compas de lo beatificante?

¿Muerte por abrir los ojos en tiempos de ceguera?

¿Hambre, mientras Dios iluminó la tierra de bondades?

¿Desamparo y abandono cuando la gente, mi gente, salió a las calles tan sólo por pan y agua?


Déjeme aclararle: en mi país no existe la pobreza.

Hay aptos y no aptos. Perezos/no perezosos.

Algunas cucarachas que no importan trabajan todo el día

la subsistencia no es palabra que ellos conozcan.

Son pocos, muy pocos, cada seis años se les promete y se les defrauda.

Pero que importan, ellos son tácitos,

siempre alguien tiene que perder para que los hijos del sol naciente puedan sobrevivir.

¿Qué somos y hacia donde vamos?


Dicen que pago el aire que respiro,

que valdré más en muerte que en vida

que no siempre el blanco debe reinar

que es obligatorio bañarse en el olvido


¿Cada quién tiene lo que merece?

¿Y aquellos que tienen nada y por la nada viven?

Y por la nada luchan y en el “poco” sueñan

y alegran su existir no con “haypos”

o “necesidades-recien-creadas-por-el-malolientesistema”,

sino que requieren tan solo de un poco de pan, agua, luz

y en su sueño más grande piensan en abandonar la caverna que los aprisiona.

¿Qué hay de ellos?


Pero: ¿Quién soy yo?

¿Cómo vas a creerle a un “pobre iluso”?

Profesional en no saber del saber que sólo tú sabes

¿Quién puede ser aquél que aprisione mis palabras?


Perdónenme por este pecado: el de utopista,

que quiere despertar a un mundo donde el olvido sea palabra olvidada.

Si no “dispensa” mis enunciaciones léxicas, no se preocupe:

el fondo de mi alma ya se acostumbró a recibir dichos impactos.


Soy un iluso, un terrorista, un “loquequieras” que un día sintió gloria y pena

ayer besé la uña de Dios y en ella ni siquiera aparecía mi gente

¿Qué va ser del “desarrollo” sin la antítesis a la estupidez?

A nuestra estupidez, a la estupidez colectiva.



¿Qué va ser de mí si la acción no tiene una consecuencia?

Hoy llueve, como nunca y como siempre.

no se necesita ser un sabio para notarlo.

las gotas gritan, y pretenden… ¿Qué pretenden?


Presiento que pronto, sea momentánea o permanentemente, la lluvia cesará.

Ya lo han presentido antes;

si la costumbre se rompe, el cántaro va escurrir

El sutil encanto de lo imposible.


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